El
punto de arranque de un programa de coaching debe establecer el
vinculo con la estrategia, objetivos y valores empresariales para
garantizar que las prioridades de la persona corresponden con las de
la compañía.
El
desarrollo real debe ser autoimpulsado
y sólo es posible con la mejora de la auto-percepción. Identificar
los puntos fuertes y centrarse en ellos y a su vez ser conscientes de
los elementos vulnerables para adoptar medidas.
Con
la evaluación objetiva, sin sesgos, las personas pueden desarrollar
y perfeccionar capacidades, lo que se traduce en mayor valor para la
organización al disponer de personas mayor equipadas para dirigir
cambios y afrontar retos.
Coaching
y
falsos mitos.
Puesto
que el Coaching aporta claras mejoras, de forma absolutamente errónea
suele interpretarse que la práctica del coaching se aplica “cuando
se hacen cosas mal”. Esta visión es totalmente alejada de la
realidad puesto que:
-Las
empresas invierten en los directivos en los que creen.
-
Todas las acciones pueden mejorarse.
-El
coaching puede expandir capacidades existentes.
-Las
profesionales de éxito incrementan todavía más sus resultados.
Más información: cruma.com
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