El factor
fundamental y clave para la producción de un buen servicio está
en las personas que lo ofrecen, toda
empresa debe incorporar esta visión desde los primeros estadios de la
selección del nuevo personal puesto que está en en juego la calidad del servicio y de este depende la compañía.
El profesional responsable del proceso de selección debe ser capaz de identificar un conjunto de
cualidades personales que influyen la eficacia en la que se presta el servicio,
un servicio excelente requiere un conjunto
de competencias:
-Actitud activa frente a necesidades del cliente,
fomentar la confianza.
-Buena comunicación, clara, fluida y comprensible.
-Escucha activa e interpretación de necesidades
latentes no manifiestas.
-Actuar con empatía, comprensión emocional, adaptación al perfil del cliente.
-Organización , planificación, tolerancia, gestión de
contratiempos y control emocional.
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